Quién sabe
dar a los sueños el lugar de sueños. Quién quiere apartar la mirada del más azul cielo fantasía. Quién tiene la amabilidad de bajarme de ahí arriba la cometa de los sueños.Que alguien maneje estos hilos, por favor. Y que los encare uno a uno
para que dejen de atizar al aire.Y de paso, que me enseñen a conducirlos a mí
luego. Que aquí abajo hay una realidad que vivir.
Quién sabe dar a los sueños el lugar de sueños sin mezclar los finales con una pizca de mucha falsa realidad.Quién sabe por dónde queda ese precipicio por el que se salta, una despierta y cae a dónde estaba.Ese que actúa como diferencial y que enciende y apaga a los sueños como se hace con las luces de una feria.Que me lo muestren.Que salto.
Quién me enseña a hilar las mentiras que mi subconsciente cuenta. A distinguir entre realidad y fantasía. Quién controla los alebrijes de colores y cartón que dan vida a mis fábulas y batallas románticas de dragones y monstruos. Que se han cansado de luchar entre sí con armas blancas, pero que ahora están abocados a caer enamorados de una idea falsa del amor.
Quién sabe dar a los sueños el lugar de sueños sin mezclar los finales con una pizca de mucha falsa realidad.Quién sabe por dónde queda ese precipicio por el que se salta, una despierta y cae a dónde estaba.Ese que actúa como diferencial y que enciende y apaga a los sueños como se hace con las luces de una feria.Que me lo muestren.Que salto.
Quién me enseña a hilar las mentiras que mi subconsciente cuenta. A distinguir entre realidad y fantasía. Quién controla los alebrijes de colores y cartón que dan vida a mis fábulas y batallas románticas de dragones y monstruos. Que se han cansado de luchar entre sí con armas blancas, pero que ahora están abocados a caer enamorados de una idea falsa del amor.
Quién me
enseña a hacer caso a la realidad de un mañana mientras exista este otro lado
de los sueños hoy. Mientras haya sentimientos que convertir en poesía, música que
hace sentir, continentes que explorar, y ganas de invitar a nuevos sueños a ser parte del festín.
Que me
enseñen a poner a los sueños en el lugar de los sueños. Que tomo nota. Mientras tanto, voy a retar al único temor
que existe desde este lado y pedir al cielo que la llamada del alba no me
despierte mañana y no me diluya mientras vivo otra ilusa batalla entre sábanas de algodón.
Feliz día.
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